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Un nueva visión de la persona

Una visión más global y más sistémica

             Traducción de Laura Sampson para el grupo Cultura y Desarrollo Humano, Universidad del Valle. Cali, mayo 13 del 2010.

¿Cómo "funciona" un alumno?

 

             La manera como un profesor va a proceder para hacer comprender, para hacer aprender, para transmitir conocimientos a un alumno, está en relación con su modelo de funcionamiento del alumno.

 

             El profesor obligatoriamente tiene un modelo en su cabeza, sin el cual no podría plantear actos destinados a tener un efecto en la dirección que desea. Este modelo no es necesariamente explícito, ni siquiera consciente; es el resultado de observaciones personales, de lecturas y de una cultura ambiente.

 

             Es entonces importante, antes de introducir una noción de la transmisión del conocimiento, precisar sobre qué modelo de funcionamiento de la persona nos estamos apoyando.

 

             Anteriormente, esto modelo otorgaba un lugar importante a la memoria y todavía se encuentran rastros de esto: "Me aprendí la lección de memoria y sin embargo saqué mala nota", o también a la voluntad, aunque esto ocurre más frecuentemente con los padres o con ciertos profesores: "Este niño no tiene voluntad, es un perezoso, nunca podrá tener éxito."

 

La representación del hombre a través del tiempo

             La evolución del pensamiento sobre el hombre ha estado marcada por grandes rupturas (cortes epistemológicos):

 - El hombre fue primero considerado como "centro del universo", pero Galileo, al descubrir que la Tierra giraba alrededor del sol, transformó el "lugar del hombre".

- El hombre era concebido como un "ser aislado". Lamark, al resituar al hombre en un linaje animal, le quitó su lugar "de ser único".

- El hombre era considerado como dueño de su destino, su razón lo guiaba, su voluntad le daba la energía necesaria para su acción. Freud, al enseñarle que lo que lo conducía no era su razón sino su inconsciente, le quitó su dignidad de hombre.

Lamark

Galilée

Todas estas rupturas cambiaron radicalmente la noción del hombre, y en particular, sus pretensiones.

 

Actualmente, nuevas rupturas están a punto de disminuirlas todavía más:

 - Según el teorema de Goëdel, no es posible crear un lenguaje universal. Todo lenguaje está incompleto. El "todo matemático", por ejemplo, se ha vuelto ilusorio, así como el "todo biológico", etc..

- Uno esperaría entrever, por fin, la posibilidad de recortar la materia en elementos simples que, en una construcción lógica, permitiría reconstituir todo. Sin embargo, el principio de incertidumbre de Heisenberg elimina la esperanza de que en un momento dado uno pueda conocer a la vez la posición de una partícula y su velocidad. El conocimiento preciso de la una impide el conocimiento de la otra. Hay una interdependencia y la lógica de Descartes ya no "funciona" aquí.

 

Un modelo cada vez más complejo

             La noción del hombre se enriquece continuamente, y por lo tanto la tentación del reduccionismo, es decir la simplificación obtenida por la disminución del número de variables, aún si a veces es legítima, no puede sino alejarnos de la realidad.

 

             En esta óptica, las nociones conductistas que "pretendían reducir toda actividad humana - el lenguaje, la institución o la neurosis - a un comportamiento adquirido de tipo casi pavloviano", fracasan. Así mismo, todo reduccionismo del hombre a un aspecto natural (ver, por ejemplo, las nociones que reducen el espíritu al funcionamiento del cerebro) o a un aspecto cultural (como algunas nociones antropológicas o sociológicas) desembocan invariablemente en dejar en la sombra una parte de la realidad. Actualmente, se intenta entonces ir, a tientas, hacia una noción más global y más sistémica del hombre.

 

Un modelo cada vez más global

 

             Se considera ahora que el todo, el hombre, es más que el conjunto de las partes, su cerebro, su cultura, su educación, etc., y que es necesario tener una visión global antes de querer estudiar uno de sus aspectos. Es una evolución perceptible en medicina, en psicología, en las ciencias de la administración, etc.

 

…cuyos diferentes elementos están en interacción como en un sistema

             Los diferentes aspectos no están aislados sino que interactúan los unos con los otros: si mi cuerpo sufre, mi espíritu sufre las consecuencias; si mi espíritu no va bien, mi cuerpo se resiente (enfermedades psicosomáticas, disminución de las defensas inmunitarias, etc.). Si siento amor por alguien, puedo igualmente sentir odio por esa persona, y lo uno va a actuar sobre lo otro, recíprocamente. No tengo sólo una tendencia en mí. Es lo que los gestaltistas llaman "polaridades". Se pueden citar otras: la parte de mí que es masculina, la parte de mí que es femenina; mi deseo de autonomía y mi deseo de dependencia; mi deseo de aventura y mi deseo de seguridad, etc..

             Parecería entonces que fuéramos hacia una visión más compleja del hombre, donde coexisten varios elementos a veces contradictorios, en apariencia, donde interfieren diferentes factores (naturaleza, cultura).

             Se puede entonces percibir un acercamiento entre las nociones psicoanalítica, gestaltista y sistémica que, todas tres, forman una visión más global de la persona.

La persona como sistema

             ¿No fue Freud el primero en haber presentado a la persona bajo forma de sistema (1er sistema: consciente, preconsciente, inconsciente; 2do sistema: ello, yo, superyo, etc..), cada elemento interactúa con los otros? Kaës por su parte considera a la persona como fundamentalmente "grupal".

 

             En cuanto a la gestalt, Serge Ginger declara, para presentarla, que se trata "de una visión nueva del hombre y del mundo en interacción permanente, de una noción sistémica, revolucionaria con respecto al paradigma cartesiano-newtoniano cuya visión mecanicista ha dominado la ciencia durante más de tres siglos."

 

El inconsciente como discontinuidad

             Inversamente, la noción de inconsciente que va a marcar una discontinuidad entre las nociones que la toman en cuenta y las que no. Esta noción es relativamente reciente. Freud la introduce en 1929, mucho más tarde que la invención, hacia 1850, de las "matemáticas llamadas modernas". Lo que muestra que, tal vez, no hemos todavía percibido todas las transformaciones que esto conlleva. Por lo demás, este término ha sido retomado desde entonces en varios sistemas; como en el de Piaget:

Freud

Piaget

 "¿Por qué ciertos esquemas sensorio-motores se vuelven conscientes (por una traducción en conceptos representativos y hasta verbales), mientras que otros se vuelven inconscientes? Es porque estos últimos son contradictorios con ciertas ideas conscientes anteriores (por ejemplo, que hay que estar frente a una caja para lanzar una pelota adentro, o que una pelota no avanza al girar al revés, etc.) y que el esquema sensorio-motor utilizado y la idea previa son entonces incompatibles. En ese caso, el esquema no puede naturalmente ser integrado en el sistema de los conceptos conscientes y es eliminado, ya que esos conceptos, al ser ya conscientes y recibidos desde hace tiempo, pertenecen a un rango superior al de los esquemas de acción. Nos encontramos en una situación muy comparable a la del rechazo afectivo: cuando un sentimiento o una pulsión resultan estar en contradicción con sentimientos o tendencias de un rango superior (que emana del superyo, etc.), son entonces eliminados gracias a dos tipos de procesos: una represión consciente o un rechazo inconsciente. Ahora bien, observamos aquí un mecanismo análogo sobre el terreno cognitivo y aquí hay que pensar en el rechazo inconsciente."

 

De la misma manera, para Lévi-Strauss:

 

"El inconsciente deja de ser el refugio inefable de las particularidades individuales, el recipiente de una historia única, que hace de cada uno de nosotros un ser irremplazable. Se reduce a un término por el cual designamos a una función: la función simbólica, específicamente humana, sin duda, pero que, en todos los hombres, se ejerce según las mismas leyes; que se reduce de hecho al conjunto de esas leyes."

 

             Si numerosos autores buscan tener en cuenta este concepto radicalmente nuevo, no le dan evidentemente el mismo contenido, como ha podido verse en los textos anteriores. Sin entrar en detalle respecto a las disputas que han provocado estas diferencias, se debería solamente aquí llamar la atención sobre dos consecuencias de este concepto que nos servirán más tarde.

 

Las dos discontinuidades introducidas por el inconsciente

 

             Se trata de dos discontinuidades que describe André Green:

 

"El psiquismo nace del encuentro (con) un evento que ocurre en el seno del sujeto (vivencia, conocimiento, representación, etc.); éste encuentra su reflejo o su complementariedad en el otro semejante. Es el efecto misterioso de la sonrisa o es lo que se llama, en la jerga reciente, la ´interacción´ (…). Hay en la base de la causalidad psíquica, una división y complementariedad que consisten en acercar una parte de lo que tiene su lugar en uno a otra cosa que es exterior y que es percibida como estando en relación íntima con lo que está localizado interiormente o en sí mismo (…). Es esta operación que llamaré ´metafórica´, literalmente por transporte o transferencia, que consiste en atribuir a algo alguna cosa que da sentido a lo que es vivenciado sin ser percibido - es en esto que el otro es semejante (…). No es el sentido que el otro da a lo que es mío lo que le da sentido para mí, es mi sentido que encuentro fuera de mí porque no me puedo percibir, mientras que puedo percibir en el otro lo que me es reenviado (…). El psiquismo salta afuera de las envolturas del sujeto para unirse necesariamente a otro, haciendo resaltar a la vez, por la referencia a este otro, la discontinuidad que habita al sujeto y la reacción de un orden diferente del que está confinado a los límites de un solo individuo, abriendo el camino al desplazamiento futuro, cuyas consecuencias son ilimitadas. Así, una doble discontinuidad está obrando entre "sí" y el "otro", así como entre "sí" y "sí mismo" (el sí reflexionado).

 

Primera discontinuidad: entre sí y el otro

 

             Es lo que es enunciado en las consignas al principio de la práctica: "Puedo plantear todas las preguntas que quiera, pero el otro no está obligado de responder"… El animador [del taller formativo] lo recordará al practicante cuando éste hable "sobre el otro" sin darse cuenta de que habla de sí; es lo que los animadores deberán tener en mente cuando estén tentados por la ilusión de creer que "conocen al otro", mientras que el otro es desconocido; cuando pensarán "explicar al otro" su comportamiento, mientras que es el otro solo quien encuentra su sentido gracias a lo que le refleja el animador. Al perder la ilusión de "conocer al alumno", el profesor se ve desviado de la tentación de un juicio demasiado rápido.

 

Segunda discontinuidad: entre sí y sí mismo

 

             Es esta discontinuidad la que hace que uno tenga problemas para entenderse a sí mismo y que uno exprese por medio de la palabra más de lo que uno quiere decir, algo de lo que nosotros mismos no somos conscientes. Un ejemplo un poco simplista tal vez, es el de ese profesor de la Marne exiliado en el sur que dice a sus alumnos: "Cuidado con "empierger" al subir al estrado." Si hay entre sus alumnos alguno de la Marne, él podrá entender que ese profesor acaba de decir que es originalmente de la Marne porque "empierger" es una palabra utilizada en ese departamento; y sin embargo, el profesor no ha tenido consciencia de decirse algo a sí mismo en ese momento.

 

             Es esta discontinuidad lo que hace que uno no puede conocerse sin la ayuda de otro que refleja lo que él ha podido entender sin necesariamente saber cuál era el sentido. Así, la buena voluntad, la franqueza consigo mismo, son insuficientes en este campo. El conocimiento de esta segunda discontinuidad ayudará al profesor a estar más atento a la palabra del alumno, no para darle un sentido (desde el exterior), sino para permitirle elaborar un sentido él mismo (desde el interior), en sus actividades.

Ver también:

LA FORMACIÓN PSICOLÓGICA DE LOS PROFESORES  

Una visión que toma en cuenta el vínculo entre lo afectivo y lo cognitivo

Una nueva visión de los saberes

Evolución de los saberes

Una nueva visión de la lógica

 

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