¿Cómo
"funciona" un alumno?
La manera
como un profesor va a proceder para hacer
comprender, para hacer aprender, para
transmitir conocimientos a un alumno,
está en relación con su modelo
de funcionamiento del alumno.
El profesor
obligatoriamente tiene un modelo en su cabeza, sin
el cual no podría plantear actos destinados
a tener un efecto en la dirección que desea.
Este modelo no es necesariamente explícito,
ni siquiera consciente; es el resultado de
observaciones personales, de lecturas y de una
cultura ambiente.
Es entonces
importante, antes de introducir una noción
de la transmisión del conocimiento, precisar
sobre qué modelo de funcionamiento de la
persona nos estamos apoyando.
Anteriormente,
esto modelo otorgaba un lugar importante a la
memoria y todavía se encuentran rastros de
esto: "Me aprendí la lección de
memoria y sin embargo saqué mala nota", o
también a la voluntad, aunque esto ocurre
más frecuentemente con los padres o con
ciertos profesores: "Este niño no tiene
voluntad, es un perezoso, nunca podrá tener
éxito."
La
representación del hombre a través
del tiempo
La evolución
del pensamiento sobre el hombre ha estado marcada
por grandes rupturas (cortes
epistemológicos):
|
- El
hombre fue primero considerado como
"centro del universo", pero
Galileo, al descubrir que la Tierra
giraba alrededor del sol,
transformó el "lugar del
hombre".
- El hombre era
concebido como un "ser aislado".
Lamark, al resituar al hombre en un
linaje animal, le quitó su lugar
"de ser único".
- El hombre era
considerado como dueño de su
destino, su razón lo guiaba,
su voluntad le daba la energía
necesaria para su acción. Freud,
al enseñarle que lo que lo
conducía no era su razón
sino su inconsciente, le quitó
su dignidad de hombre.
|
|
Lamark
|
Galilée
|
Todas estas rupturas cambiaron radicalmente la
noción del hombre, y en particular, sus
pretensiones.
Actualmente,
nuevas rupturas están a punto de
disminuirlas todavía
más:
- Según
el teorema de Goëdel, no es posible
crear un lenguaje universal. Todo lenguaje
está incompleto. El "todo
matemático", por ejemplo, se ha vuelto
ilusorio, así como el "todo
biológico", etc..
- Uno esperaría
entrever, por fin, la posibilidad de recortar
la materia en elementos simples que, en una
construcción lógica,
permitiría reconstituir todo. Sin
embargo, el principio de incertidumbre de
Heisenberg elimina la esperanza de que en un
momento dado uno pueda conocer a la vez la
posición de una partícula y su
velocidad. El conocimiento preciso de la una
impide el conocimiento de la otra. Hay una
interdependencia y la lógica de Descartes
ya no "funciona" aquí.
Un modelo cada
vez más complejo
La noción
del hombre se enriquece continuamente, y por lo
tanto la tentación del reduccionismo, es
decir la simplificación obtenida por la
disminución del número de variables,
aún si a veces es legítima, no puede
sino alejarnos de la realidad.
En esta
óptica, las nociones conductistas que
"pretendían reducir toda actividad humana -
el lenguaje, la institución o la neurosis -
a un comportamiento adquirido de tipo casi
pavloviano", fracasan. Así mismo, todo
reduccionismo del hombre a un aspecto natural (ver,
por ejemplo, las nociones que reducen el
espíritu al funcionamiento del cerebro) o a
un aspecto cultural (como algunas nociones
antropológicas o sociológicas)
desembocan invariablemente en dejar en la sombra
una parte de la realidad. Actualmente, se intenta
entonces ir, a tientas, hacia una noción
más global y más sistémica del
hombre.
Un modelo cada
vez más global
Se considera ahora
que el todo, el hombre, es más que el
conjunto de las partes, su cerebro, su cultura, su
educación, etc., y que es necesario tener
una visión global antes de querer estudiar
uno de sus aspectos. Es una evolución
perceptible en medicina, en psicología, en
las ciencias de la administración,
etc.
cuyos diferentes
elementos están en interacción como
en un sistema
Los
diferentes aspectos no están
aislados sino que interactúan los
unos con los otros: si mi cuerpo sufre, mi
espíritu sufre las consecuencias;
si mi espíritu no va bien, mi
cuerpo se resiente (enfermedades
psicosomáticas, disminución
de las defensas inmunitarias, etc.). Si
siento amor por alguien, puedo igualmente
sentir odio por esa persona, y lo uno va a
actuar sobre lo otro,
recíprocamente. No tengo
sólo una tendencia en mí. Es
lo que los gestaltistas llaman
"polaridades". Se pueden citar otras: la
parte de mí que es masculina, la
parte de mí que es femenina; mi
deseo de autonomía y mi deseo de
dependencia; mi deseo de aventura y mi
deseo de seguridad, etc..
Parecería
entonces que fuéramos hacia una
visión más compleja del
hombre, donde coexisten varios elementos a
veces contradictorios, en apariencia,
donde interfieren diferentes factores
(naturaleza, cultura).
Se
puede entonces percibir un acercamiento
entre las nociones psicoanalítica,
gestaltista y sistémica que, todas
tres, forman una visión más
global de la persona.
|
|
La persona como
sistema
¿No fue Freud
el primero en haber presentado a la persona bajo
forma de sistema (1er sistema: consciente,
preconsciente, inconsciente; 2do sistema: ello, yo,
superyo, etc..), cada elemento interactúa
con los otros? Kaës por su parte considera a
la persona como fundamentalmente
"grupal".
En cuanto a la
gestalt, Serge Ginger declara, para presentarla,
que se trata "de una visión nueva del hombre
y del mundo en interacción permanente, de
una noción sistémica, revolucionaria
con respecto al paradigma cartesiano-newtoniano
cuya visión mecanicista ha dominado la
ciencia durante más de tres
siglos."
El inconsciente
como discontinuidad
|
Inversamente,
la noción de inconsciente que va
a marcar una discontinuidad entre las
nociones que la toman en cuenta y las
que no. Esta noción es
relativamente reciente. Freud la
introduce en 1929, mucho más
tarde que la invención, hacia
1850, de las "matemáticas
llamadas modernas". Lo que muestra que,
tal vez, no hemos todavía
percibido todas las transformaciones
que esto conlleva. Por lo demás,
este término ha sido retomado
desde entonces en varios sistemas; como
en el de Piaget:
|
|
Freud
|
Piaget
|
"¿Por
qué ciertos esquemas sensorio-motores se
vuelven conscientes (por una traducción
en conceptos representativos y hasta verbales),
mientras que otros se vuelven inconscientes? Es
porque estos últimos son contradictorios
con ciertas ideas conscientes anteriores (por
ejemplo, que hay que estar frente a una caja
para lanzar una pelota adentro, o que una pelota
no avanza al girar al revés, etc.) y que
el esquema sensorio-motor utilizado y la idea
previa son entonces incompatibles. En ese caso,
el esquema no puede naturalmente ser integrado
en el sistema de los conceptos conscientes y es
eliminado, ya que esos conceptos, al ser ya
conscientes y recibidos desde hace tiempo,
pertenecen a un rango superior al de los
esquemas de acción. Nos encontramos en
una situación muy comparable a la del
rechazo afectivo: cuando un sentimiento o una
pulsión resultan estar en
contradicción con sentimientos o
tendencias de un rango superior (que emana del
superyo, etc.), son entonces eliminados gracias
a dos tipos de procesos: una represión
consciente o un rechazo inconsciente. Ahora
bien, observamos aquí un mecanismo
análogo sobre el terreno cognitivo y
aquí hay que pensar en el rechazo
inconsciente."
De la misma manera, para
Lévi-Strauss:
"El inconsciente
deja de ser el refugio inefable de las
particularidades individuales, el recipiente de
una historia única, que hace de cada uno
de nosotros un ser irremplazable. Se reduce a un
término por el cual designamos a una
función: la función
simbólica, específicamente humana,
sin duda, pero que, en todos los hombres, se
ejerce según las mismas leyes; que se
reduce de hecho al conjunto de esas
leyes."
Si numerosos
autores buscan tener en cuenta este concepto
radicalmente nuevo, no le dan evidentemente el
mismo contenido, como ha podido verse en los textos
anteriores. Sin entrar en detalle respecto a las
disputas que han provocado estas diferencias, se
debería solamente aquí llamar la
atención sobre dos consecuencias de este
concepto que nos servirán más
tarde.
Las dos
discontinuidades introducidas por el
inconsciente
Se trata de dos
discontinuidades que describe André
Green:
"El psiquismo
nace del encuentro (con) un evento que ocurre en
el seno del sujeto (vivencia, conocimiento,
representación, etc.); éste
encuentra su reflejo o su complementariedad en
el otro semejante. Es el efecto misterioso de la
sonrisa o es lo que se llama, en la jerga
reciente, la ´interacción´
(
). Hay en la base de la causalidad
psíquica, una división y
complementariedad que consisten en acercar una
parte de lo que tiene su lugar en uno a otra
cosa que es exterior y que es percibida como
estando en relación íntima con lo
que está localizado interiormente o en
sí mismo (
). Es esta
operación que llamaré
´metafórica´, literalmente por
transporte o transferencia, que consiste en
atribuir a algo alguna cosa que da sentido a lo
que es vivenciado sin ser percibido - es en esto
que el otro es semejante (
). No es el
sentido que el otro da a lo que es mío lo
que le da sentido para mí, es mi sentido
que encuentro fuera de mí porque no me
puedo percibir, mientras que puedo percibir en
el otro lo que me es reenviado (
). El
psiquismo salta afuera de las envolturas del
sujeto para unirse necesariamente a otro,
haciendo resaltar a la vez, por la referencia a
este otro, la discontinuidad que habita al
sujeto y la reacción de un orden
diferente del que está confinado a los
límites de un solo individuo, abriendo el
camino al desplazamiento futuro, cuyas
consecuencias son ilimitadas. Así, una
doble discontinuidad está obrando entre
"sí" y el "otro", así como entre
"sí" y "sí mismo" (el
sí reflexionado).
Primera discontinuidad:
entre sí y el otro
Es lo que es
enunciado en las consignas al principio de la
práctica: "Puedo plantear todas las
preguntas que quiera, pero el otro no está
obligado de responder"
El animador [del
taller formativo] lo recordará al
practicante cuando éste hable "sobre el
otro" sin darse cuenta de que habla de sí;
es lo que los animadores deberán tener en
mente cuando estén tentados por la
ilusión de creer que "conocen al otro",
mientras que el otro es desconocido; cuando
pensarán "explicar al otro" su
comportamiento, mientras que es el otro solo quien
encuentra su sentido gracias a lo que le refleja el
animador. Al perder la ilusión de
"conocer al alumno", el profesor se ve desviado de
la tentación de un juicio demasiado
rápido.
Segunda discontinuidad:
entre sí y sí mismo
Es esta
discontinuidad la que hace que uno tenga problemas
para entenderse a sí mismo y que uno exprese
por medio de la palabra más de lo que uno
quiere decir, algo de lo que nosotros mismos no
somos conscientes. Un ejemplo un poco simplista tal
vez, es el de ese profesor de la Marne exiliado en
el sur que dice a sus alumnos: "Cuidado con
"empierger" al subir al estrado." Si hay entre sus
alumnos alguno de la Marne, él podrá
entender que ese profesor acaba de decir que es
originalmente de la Marne porque "empierger" es una
palabra utilizada en ese departamento; y sin
embargo, el profesor no ha tenido consciencia de
decirse algo a sí mismo en ese
momento.
Es esta
discontinuidad lo que hace que uno no puede
conocerse sin la ayuda de otro que refleja lo
que él ha podido entender sin necesariamente
saber cuál era el sentido. Así, la
buena voluntad, la franqueza consigo mismo, son
insuficientes en este campo. El conocimiento de
esta segunda discontinuidad ayudará al
profesor a estar más atento a la palabra del
alumno, no para darle un sentido (desde el
exterior), sino para permitirle elaborar un sentido
él mismo (desde el interior), en sus
actividades.
|